La
música clásica en el ballet
Por: Citlali Guadalupe Trujillo Rivas
En el artículo pasado conocimos cuáles
son los beneficios que nos da escuchar música clásica, pero, ¿Qué papel ha
jugado dentro de la danza clásica?
La música clásica ha sido el complemento
ideal en el desarrollo del ballet, debido a que la danza se ejecuta con música,
y el ballet se baila al ritmo de la música clásica, con la cual se han creado
interesantes historias, de príncipes, princesas, reinas, corsarios, sílfides,
espectros, esclavos, sultanes, caballeros, hadas, soldados, etc., que sin duda
alguna las coreografías no hubieran podido ser inspiradas de la misma manera,
sin estas hermosas piezas que nos transportan a lugares mágicos.
Entre los compositores más destacados se
encuentran:

Piotr Ilich Chaikovski con obras altamente conocidas dentro
del mundo de la danza clásica como, Lago
de los Cisnes, compuesto en 1875, El Cascanueces,
compuesto entre 1891-1892 (ambos, coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov), y
La Bella Durmiente compuesto en 1889 (coreografía de Marius Petipa).
Adolphe Adam, el cual en 1830 estrenó su primer
ballet, La Chatte blanche escrito en
colaboración con Casmir Gide, en 1832 estrena Fausto (coreografía de André Deshayes), compuso la música para el
ballet Giselle en 1841 (coreografía
de Jean Coralli y Jules Perrot), La
Filleule des fées creada en 1849, El
Corsario compuesto en 1856, con coreografía de Joseph Mazilier, más tarde Marius Petipa y Jules Perrot en 1899 agregaron
el Pas de Deux con música de Ricardo
Drigo; en total Adam compuso 14 ballets que conformaron un gran aporte a la
danza clásica.

Ígor Stravinsk, que en 1910 escribió Pájaro de fuego, un ballet basado en historias
folclóricas rusas sobre el ave mágica de brillo intenso (el Zhar-Ptitsa o
Pájaro de fuego), la música fue estrenada como un ballet con los Ballets Rusos
de Serguéi Diáguilev, la primera de sus producciones con música especialmente
compuesta para ellos. Posteriormente, creó la música para el ballet Petrushka en 1910-1911 (coreografía de
Michel Fokine), también musicalizó Pulcinella,
basado en una obra de teatro del siglo XVIII en torno al personaje Pulcinella o
Polichinela originario de La Commedia dell'arte, se estrenó en 1920 bajo la
batuta de Ernest Ansermet. El bailarín Léonide Massine creó el libreto y la
coreografía, y Pablo Picasso diseñó los trajes y decorados originales. La obra
fue encargada por Sergei Diaghilev, después vino La consagración de la Primavera, escrita en 1913, la coreografía es
de Vaslav Nijinsky, cuando fue estrenado, en el Teatro de los Campos Elíseos el
29 de mayo de 1913, el carácter vanguardista de la música y la coreografía,
causó gran polémica y un casi disturbio en la audiencia, pues se decía que era
muy adelantado a su época. Aunque se diseñó como una obra para el escenario,
con pasajes específicos acompañando a los personajes, la música alcanzó igual o
incluso mayor reconocimiento como una pieza de concierto, y es considerada como
una de las obras musicales más influyentes del siglo XX.

Ludwig
Minkus, en 1847 se
llevó el crédito musical por la nueva
versión del ballet Paquita y en 1881
con coreografía de Marius Petipa, Minkus crea partes nuevas (un Pas de Trois y
el Grand Pas de Deux) para la nueva versión.
En 1864, Minkus fue nombrado compositor
del ballet Bolshói y en 1866 compone el ballet La Source y más tarde escribe la música para el colorido ballet Don Quijote, con coreografía de Marius
Petipa, así mismo creó la música de La Bayadera
que resulta muy alegre y contagiosa; en total escribió música para alrededor de
18 ballets.
Serguéi Prokófiev, al igual que algunos de los
otros compositores, escribió para los Ballets Rusos de Serguéi Diáguilev, El ballet
Chout en 1921, El bufón y El paso de acero en 1927, y más tarde crea la suite El teniente Kizhé en 1933, el
entretenido cuento para acercar a los niños al mundo del ballet, Pedro y el lobo para narrador y orquesta
en 1934 y el romántico cuento de Romeo y
Julieta en 1936.
Además de ellos, existen
muchos compositores que a lo largo de la historia han realizado importantes y
enriquecedores aportes al mundo de la danza, creándose así un sin fin de obras
de danza clásica que al conjuntar el bello arte del ballet y la genialidad y
magnificencia de la música clásica, han dado lugar a obras clásicas que han transcendido
a lo largo de la historia y formado parte del repertorio de las compañías más
importantes a nivel mundial, que han formado parte de la carrera de los
bailarines y del deleite del público.
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@Citla_Trujillo
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