Las
lesiones en la danza
Por: Citlali Guadalupe Trujillo Rivas

A pesar de que la resistencia al dolor
que un bailarín desarrolla a lo largo de su trayectoria es mayor a la de una
persona que se dedica a otra actividad, las lesiones no dejan de ser una
limitante o freno en el desempeño, lo que muchas veces implica tener que parar
por un rato para que la recuperación sea efectiva, tener que disminuir el
entrenamiento o actividades específicas, acudir a terapias, etc., resultando
frustrante en muchos casos, corriendo algunas veces el riesgo de ser
remplazados, lo que provoca que los bailarines traten de disimular, o que le
resten importancia a la lesión.
La mayoría de estas lesiones se
desarrollan debido a un entrenamiento mal realizado: no calentar en tiempo y
forma, ejecutar la técnica de manera incorrecta, sobre entrenamiento, realizar
movimientos para los cuales el cuerpo aún no está preparado, mala alimentación
y descanso, problemas genéticos, etc.
Las
lesiones más comunes entre los bailarines son:

El mal uso de las zapatillas de punta,
puede ocasionar este tipo de lesión.
- Tendinitis de Aquiles: Se da debido a las
posiciones en las que se coloca el pie en rotación externa sin levantar el
talón y carga su fuerza en el tendón de Aquiles. Esto provoca
microtraumatismos, y la suma de éstos, desencadenan las tendinitis. Cada
episodio de dolor son miofribillas que se rompen, por lo cual la suma de episodios
lleva a una ruptura que requiere operación, por lo que es importante atenderse
de inmediato al primer indicio.
Puede surgir por realizar un esfuerzo
fuerte sin haber alargado correctamente; es por ello que se deja al final de la
clase ejercicios con pequeños o grandes saltos.
- Ciatalgia: Irritación del nervio
ciático. Se puede dar por dos razones:
Por técnica mal realizada: Se producen
cuando el bailarín no coloca bien su brazo para sostener a su parteneire o
cuando ésta no coloca su cuerpo correctamente para evitar la lesión de su
compañero.
Por sobrecarga: Debidas a los
microtraumatismos que se producen en la suma de saltos y caídas, especialmente
sobre los pies en rotación externa y con las rodillas en hiperextensión.
La ciatalgia es unilateral (un solo
lado), con dolor en la cara posterior del muslo, cara anterior de la pierna y
dorso del pie. Es por ello que el bailarín pierde fuerza en el salto y en la
caída, su metatarso no lo contiene y tiene sensación de pérdida del equilibrio.
- Bursitis: inflamación de la bolsa
serosa. En el caso de la rodilla, existen a su alrededor o en sus inmediaciones
cierto número de bolsas serosas. Todas cumplen la función de evitar la fricción
entre los tendones y su inserción ósea, en cada movimiento que produce la
rodilla. O bien actúan como muelle en traumatismos directos de la rodilla. Las
dos más frecuentes en el ballet, son la bursitis de la pata de ganso y la bursistis
prerotuliana.
Bursitis de la pata de ganso: El mismo
mecanismo de acción anteriormente mencionado, ocurre en la bursitis de la pata
de ganso, cuya bolsa se ubica entre la cara interna de la tibia y los tres
tendones reunidos de los músculos sartorio, semitendinoso y recto interno, que
forman la pata de ganso.
Bursitis prerotuliana: se produce por
microtraumatismos de la rodilla, pequeños traumatismos durante bailes cuya
coreografía exige en repetidas ocasiones golpear las rodillas contra el piso. Al
cabo de un tiempo aparece debajo de la piel y sobre la rótula de la rodilla
afectada, una tumefacción dolorosa que no le permite volver a golpearse. Por lo
general, hay rubor y calor en la zona, la piel parece más lisa y brillante.
- Síndrome meniscal: los meniscos son
amortiguadores cartilaginosos, un relleno articular que impide el
pellizcamiento de la cápsula y la sinovial durante los movimientos de la flexo extensión.
Un exceso de peso y fuertes impactos, pueden
ocasionar el esguince. También una musculatura insuficiente especialmente de
los cuádriceps, provoca una lesión meniscal, junto a trastornos de los
ligamentos de la rodilla.
- Juanetes: Un juanete es un
agrandamiento de la articulación de la base del dedo gordo del pie, que se
produce al desplazarse el hueso o el tejido de la articulación del dedo gordo.
Esto fuerza al dedo a doblarse hacia los otros, creando un bulto de hueso,
frecuentemente doloroso en el pie. Como esta articulación soporta gran parte
del peso del cuerpo al caminar, los juanetes pueden ser extremadamente
dolorosos si no se tratan. La propia articulación metatarsofalángica puede
volverse rígida e irritada, haciendo difícil o incluso imposible llevar
zapatos.
Generalmente se originan debido al uso
de las zapatillas de puntas y la ejecución de relevé.

En los casos más graves (al desgarre
total del músculo) se produce un hematoma muy extenso e inflamación más
pronunciada, que inmoviliza la región afectada que se experimenta como una
parálisis temporal (contractura de musculación vecina a la lesión). Si el dolor
es muy intenso puede aparecer un componente de shock (es poco frecuente), con
mareo y sudor frío.
Como podemos ver, existe gran diversidad
de lesiones a las que se está expuesto en el mundo de la danza, por lo que es muy
importante que se realice un entrenamiento adecuado, a conciencia, cuidando nuestro
cuerpo y con maestros capacitados para evitar lesiones graves y que esto merme
nuestro desempeño y tiempo de vida activa en la danza. Hay que poner mucha atención
a la primera manifestación de dolor, pues es un indicador de que algo anda mal
y debemos identificarlo para evitar una posible lesión.
Sígueme en Twitter: @Citla_Trujillo
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