Las
leyendas del ballet Parte I
Por: Citlali Guadalupe
Trujillo Rivas
Qué sería de la
danza clásica sin la inspiración de
nuestras estrellas, de aquellos que a través de los años han
perdurado por su entrega, dedicación, pasión y vocación por la
danza. Aquellos que han tenido un don especial más allá de
simplemente ejecutar una técnica, sino que mueven las fibras de
nuestro ser al verlos bailar, pues representan la perfección en
movimiento. En su danza, vemos fuerza, sutileza, pasión,
perfección, dejando el alma en el escenario,
convirtiéndose así en
inspiración, en maestros, en leyendas de la danza clásica.
Lamentablemente, el régimen de
confinamiento sufrido durante la guerra había
agudizado sus trastornos mentales, debidos a una antigua lesión y
herencia neurótica. Agobiado de esquizofrenia paranoide
y de manía persecutoria, su conducta resultaba
impredecible, especialmente en sus últimos años, sin
embargo su sin igual talento lo llevaron a la posteridad.
Margot Foteyn, resultó una
bailarina tan inspiradora que fueron creados ballets especialmente para ella
por Frederick Ashton, y muchos otros coreógrafos, y
justo cuando su carrera ya había alcanzado su máximo y
empezaba a ir en descenso, se hizo partenaire de Nureyev, fueron famosos por su
exquisita interpretación de los ballets del repertorio clásico y por
las coreografías que se crearon especialmente para
ellos. Sin duda, ella fue una de las primeras figuras femeninas de inspiración en la
danza clásica.
Una guerrera de la
danza, en su cumpleaños 80, en 2005, interpretó "Ave
Maya" que le dedicó el coreógrafo
Maurice Béjart.
Nombrada "Prima
ballerina assoluta", una distinción suprema
que el Bolshoi sólo ha concedido dos veces en su historia;
incluso Béjart la consideraba como: "La última
leyenda viva de la danza".
Llegó a ser
primera bailarina con tan sólo 18 años, cuando
inició su carrera profesional interpretando La
muerte del cisne. Además, se arriesgó a
incorporar la danza moderna, por lo que trabajó con coreógrafos
como Alberto Alonso, Maurice Béjart y Roland Petit,
que crearon varias piezas para ella como “Carmen”, “Isadora” y ”La Rose Malade.”
Sin duda una gran
leyenda de la danza clásica que aunque su cuerpo dejó de
respirar en este año, su poesía en
movimiento prevalecerá para el resto de la historia.
Michaël Denard, nombrado
“etoile” en la Ópera de
París en 1971, fue uno de los íconos de ballet en la década 1970-1980,
bailó en el American Ballet Theatre, Bolshoi, Kirov, Teatro Colón con
partenaires como Ghislaine Thesmar, Natalia Bessmertnova, Cynthia Gregory,
Ekaterina Maximova, Natalia Makarova y Sylvie Guillem. En 1979 Maurice Béjart
coreografió para él, El Pájaro de Fuego y bailó obras de
renombrados coreógrafos como Jerome Robbins, Merce
Cunningham, Patrice Bart, Roland Petit y Alvin Ailey. Entre 1993 y 1996, dirigió el ballet
de la Staatsoper Unter den Linden de Berlín, y
recibió el Prix Benois de la Danse en 1996. Tuvo
excelentes bailarinas como partenaires, lo que nos muestra que fue un
ejecutante excepcional.
Se graduó de la
escuela Vagánova de Ballet, Aleksandr Pushkin, quien
anteriormente había enseñado a
Rudolf Nuréyev, fue como un padre para él. Inició su carrera
en el Ballet Kírov en Leningrado como solista, en Giselle.
Ha ganado innumerables premios, entre ellos el premio Nijinsky. Fue partenaire
de Irina Kolpakova, (a quien muchos consideraban la más grande
bailarina clásica) en ballets como La Bella
Durmiente, El Cascanueces, Giselle, Coppélia,
Flamas de París, y Don Quijote. De 1974 a
1979 fue bailarín principal del American Ballet Theatre.
Diversos papeles fueron especialmente creados para él y se
desempeñó también en la danza contemporánea,
incluso fundó y dirigió hasta 2002
White Oak Dance Project, un proyecto de danza contemporánea.
Además, hizo
cine y televisión, lanzó su propia
marca de perfumes y ropa de danza; siempre en el medio artístico y
haciendo de la danza su vida, por lo que también fundó un centro
de artes en Nueva York.
Su retiro de la danza
fue lamentable, sin embargo, los amantes de la danza no se cansarán de apreciar su precisión y fuerza
en el escenario.
Como hemos visto hay
una historia detrás de cada uno, que muchas veces ni
siquiera imaginamos al momento de verlos bailar en el escenario, pero que al
conocer un poco más de su historia nos convencemos que
realmente son artistas admirables y dignos de reconocimiento.
En el siguiente artículo seguiremos
conociendo a las demás leyendas de la danza clásica que
considero también han inspirado y transcendido en la
historia.
Sígueme en Twitter: @Citla_Trujillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario