jueves, 27 de agosto de 2015


Los beneficios de practicar danza clásica



Por: Citlali Guadalupe Trujillo Rivas

El ballet ha sido uno de los mayores íconos representativos de la danza en general, pues es la base de todas las danzas. Muchos tal vez sean bailarines, otros practiquen ballet por pasatiempo, otros tantos tal vez tengan amigos, o familiares que lo hagan, o sean admiradores y/o espectadores del ballet, lo cierto es que sea cual sea nuestro papel, resulta importante conocer los beneficios que nos da el practicar el hermoso arte de la danza y en específico el mágico género de la danza clásica.

La danza clásica, exige un fuerte entrenamiento físico, que permite ejercitar todos los músculos del cuerpo, mejorando la fuerza, alargamiento, tonificación y elasticidad del cuerpo, afinando la figura, mejorando la coordinación, agilidad y control del cuerpo, al mismo tiempo que se trabaja la musicalidad, imaginación y expresión.  
Corrige problemas de postura, y como toda actividad física, fortalece el corazón, nos mantiene en excelente condición y apariencia física, lo que ayuda también a dar mayor seguridad a las personas, elevar la autoestima y en muchos casos a encontrar una manera diferente de relacionarse con las personas, disminuyendo la timidez e inhibición.

La danza establece una disciplina fuerte y retos constantes que incluso pueden ir formando un carácter y al ir viendo progresos dentro de ésta, se van ganando satisfacciones personales que se reflejan de manera importante en la seguridad y confianza de las personas, lo que la va haciendo interesante para quienes la practican, puesto que nunca se deja de aprender, además que la resistencia al dolor físico aumenta debido a la fuerza física que se necesita para perfeccionar la técnica y el movimiento.
Muchas veces, la danza se utiliza de manera terapéutica, pues disminuye el estrés y depresión, manteniendo la mente y cuerpo concentrados en otra cosa, creando nuevos intereses además del complemento de la música clásica que por si sola conlleva muchos beneficios.

En el aspecto mental, también proporciona beneficios importantes, puesto que exige una actividad cerebral intensa (atención, concentración y relajamiento mental), ya que se establecen secuencias de movimientos combinándolos con la música, activando la memoria a corto y largo plazo (aprendizaje de cómo se ejecutan los pasos), al mismo tiempo que se combina con la sensibilidad e interpretación. Mente y cuerpo están íntimamente conectados; y lo que visualmente pareciera sencillo es justo lo que resulta más complicado lograr: que la danza parezca fácil y que se requiere de poco esfuerzo, siendo que entre más fácil parezca, mayor actividad mental y física están implicadas, pues este efecto requiere un dominio de la técnica.

De igual manera, los dos hemisferios del cerebro se trabajan, pues en la danza todo lo que se hace del lado derecho, también se ejecuta con el izquierdo.

La habilidad espacial también se ve desarrollada ya que el bailarín debe cuidar su ubicación en el espacio y en relación con sus compañeros.

Y para los espectadores, las emociones se ven activadas debido a las neuronas espejo, ya que con éstas las emociones se captan, creando un contagio emocional, por ello somos capaces de sentir lo que el bailarín está transmitiendo (felicidad, angustia, dolor, tristeza, etc.)

Este arte resulta uno de los más completos, donde mente, cuerpo y alma, deben estar conectados, ya que el tiempo, espacio, movimiento, musicalidad, sensibilidad y técnica, se conjugan al mismo tiempo; ah y “no olvides sonreír” dicen los maestros, como si nada pasara.

Es por estas razones que tomar clases de ballet se ha puesto de moda, incluso existen diversas modelos, actrices, actores y cantantes, que toman clases de ballet para complementarse y beneficiarse, y en lo niños resulta también altamente benéfico, pues en todos aspectos: físico, mental, sentimental, motriz, y musical se ven mayormente desarrollados que un niño que no practica danza.

En mi experiencia personal, la danza clásica me enamoró desde la primer clase que tomé, el tiempo se pasaba volando y verdaderamente era como entrar a otro mundo donde todo lo demás se queda afuera del salón de danza, donde conocí la pasión y amor por realizar algo, la satisfacción personal de tener logros, donde cada gota de sudor o cada pizca de dolor vale la pena. Mi estado de ánimo mejoró mucho, mi alimentación de igual manera, y la motivación y emoción porque llegara la hora de la clase son sensaciones que antes no había sentido, la danza clásica me enamoró desde la primera vez, sigue y seguirá haciéndolo todos los días.

Sígueme en Twitter: @Citla_Trujillo


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