La
danza contemporánea en México, en crisis
Por: Citlali Guadalupe Trujillo Rivas
A fines de los 70´s y en las décadas
siguientes, surgieron en México una infinidad de grupos, coreógrafos(as) y
bailarines(as) de danza contemporánea que deseaban crear sus propias propuestas
y abrir nuevos espacios para realizar su arte; por lo que nacieron varios
grupos independientes, es decir, que no recibían subsidios gubernamentales,
(como en aquel entonces el Ballet Nacional de Guillermina Bravo, El ballet Independiente
de Raúl Flores Canelo y Ballet Teatro del Espacio de Michael Descombey que
gozaban de estos subsidios) aunque sí recurrirían a las instituciones culturales
y artísticas para contar con espacios adecuados y foros para difundir su
trabajo.
La Danza Contemporánea, como dice Harald
Kreutzberg “tiene como objetivo el abandono de ciertas leyes técnicas a favor
de una comunicación más francamente emocional y atmosférica.”
El contemporáneo, nace como la mayoría de
los demás tipos de danza del ballet clásico. Sin embargo, su principal concepto
es romper con la rigidez del clásico, y a diferencia de éste que tiene una
técnica estrictamente establecida, las coreografías de danza contemporánea se
basan en gran parte en la exploración y libertad de movimiento a partir de
ideas y sentimientos más que en formas y figuras ya definidas, el bailarín hace
uso del suelo del escenario y el aire, ya sea en caídas, cargadas o elementos para
suspenderse, además se utilizan también foros al aire libre u otro tipo de
espacios no tradicionales como espacios alternativos, incluso se utilizan las
calles para intervenir en los espacios públicos.

Dentro de la danza contemporánea se
narran historias diferentes a las que se plasman en las obras de ballet
clásico, puesto que se representan aspectos de la vida cotidiana, de crítica social,
fantasías, sueños, pero no siempre las clásicas historias bonitas de príncipes
y princesas. La música que se puede utilizar es infinita, pues va desde una pieza
original (del género que se requiera), el silencio, atmósferas, etcétera, según
la coreografía lo demande.
Como podemos ver, el campo de creación
en la danza contemporánea resulta infinito, pero… ¿Por qué en México se habla
de una crisis en el ámbito creativo y también en la creación de públicos?
Por desgracia, a lo largo de la historia
y conforme ha ido avanzando el tiempo, los coreógrafos(as) han tratado de
“innovar” tanto que se han olvidado en algunas ocasiones de que en las
coreografías sea cual sea la historia que se narre, deben estar compuestas por
danza y técnica, y han caído en la abstracción, en lo conceptual, en la no
danza, en el silencio y en la inmovilidad, y aunque la inacción también tienen una
acción; se ha perdido la esencia de la danza como tal, haciendo que resulte
extraño o poco entendible al público, y es que de por sí la formación de
públicos para danza en México es precaria, aún más para danza contemporánea
puesto que la cadena entre la creación y producción de obras, la creación
públicos y difusión de las obras, no se está engranando de manera tal que de un
buen resultado, sino que se está alejando al público de la danza contemporánea
y es que a veces ni la misma gente del gremio termina entendiendo por completo
la obra.
Se habla de una crisis en el ámbito creativo
debido a los aspectos anteriores, y prueba tal de esto, es que el año pasado se
tuvo el desafortunado suceso de que por falta de contundencia, calidad,
investigación y compromiso, el jurado del Premio Nacional de Danza INBA-UAM
Guillermo Arriaga, fue declarado desierto; un suceso que dejó un trago amargo para
todos los participantes y para la comunidad de danza en general. Críticas,
puede haber muchas y los expertos pueden opinar mil cosas al respecto, pero es
un hecho que la gente no tiene el interés de ir a ver danza contemporánea y que
sigue anteponiendo ir a ver un cuento de hadas en puntas donde todo es perfecto
o un divertido y alegre zapateado.

De igual manera, como sabemos nuestras
políticas culturales en el país no son de ayuda y el reto al que se enfrentan
principalmente las compañías independientes es no sólo en la creación de sus
obras, sino en tener espacios dignos para ensayo y posteriormente para poder
presentarse, la mayoría de los espacios ya están sujetos a convocatorias por lo
que obtener uno de ellos ya no está garantizado y una vez que se logra obtener
donde tener una serie de presentaciones o temporada, está el trabajo de gestión
y difusión sumado a la poca cultura de consumo de danza en México.
El panorama es difícil en nuestro país,
pero si los creadores hacen uso de la infinidad de elementos de los que está
dotada la danza contemporánea, se abstraen menos, piensan más en los
bailarines, en el proceso creativo y en lo que quieren hacerle sentir al
público más allá de un conceptualismo y abstracción que aunque está de moda, no
da resultados, quizá entonces el contemporáneo inmerso en esta crisis, pueda
salir del bache.
Twitter: @Citla_Trujillo
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