Los
hombres en la danza clásica Parte I
Es muy común que al decir ballet o danza
clásica, pensemos en tutús y zapatillas de punta, pero, qué hay con los chicos
dentro de la danza clásica, ellos no usan tutús, o zapatillas de punta ni son
hadas, o lo primero en lo que se piense cuando se dice la palabra “ballet”.
Sin embargo, ellos representan un papel
muy importante, pues pese a que por mucho tiempo se les consideró como el
sostén de las bailarinas, quien las hacía lucirse y las transportaba de un lado
a otro, es claro que con el tiempo, el rol del hombre ha cobrado mucha más
importancia, pues a estas alturas, no se puede decir que uno (mujer) y otro
(hombre), es más importante.
Pero en el caso de los hombres, siempre
ha sido todo un tema el decir que un chico se dedique a bailar, en especial danza
clásica. Cuántos no hemos escuchado que muchas personas dan por hecho que todos
los que bailan son homosexuales y si no lo afirman, siempre surge la pregunta si
lo son. El tema social en el caso de los chicos se torna más complicado que en
el caso de las mujeres, ya que, aunque para los bailarines en general, las
creencias de la gente frecuentemente son: “Ese no es un trabajo de verdad”, “Te
vas a morir de hambre”, “Mejor dedícate a otra cosa”, etc.
Esta es la situación a la que los chicos
se pueden enfrentar, más el tabú de su sexualidad, o que son débiles o considerados
como niñas, etc.
Pese a esas falsas creencias, es
importante saber que las ejecuciones que un bailarín (hombre) realiza, como sus
múltiples giros, grandes saltos, elevaciones, baterías, etc., requieren de
mucha fuerza, coordinación, resistencia, inteligencia, y ligereza, pues son
verdaderos atletas y artistas, que sin importar su preferencia sexual, no
cualquier hombre lo podría realizar, por eso más allá de emitir juicios muchas
veces sin fundamentos, sería bueno analizar y saber reconocer todo lo que
implica ser un bailarín.
Pues contrario a que se piense que son
débiles, holgazanes y demás, se necesita de valentía para defender lo que se
quiere hacer, y en este caso muchas veces son juzgados injustamente, la
situación e historia de cada uno es diferente, pero no cabe duda que para
cualquiera ha representado un reto digno de admirarse.
En mi siguiente entrega hablaré sobre algunos
procesos y experiencias de chicos bailarines.
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